Actualmente el mundo entero habla de “crisis”, de seguro que al oír esta palabra un sin numero de pensamientos y emociones te embargan frente a la incertidumbre que genera y es normal que así sea.
Te proponemos la siguiente definición para comenzar a darle forma a ese concepto que se ha transformado tan cotidiano desde hace algunos meses hasta ahora:
CRISIS
Todo acontecimiento que significa cambios y desafíos que debes aprender a sortear para salir adelante. Requerirá ciertas conductas específicas de tu parte y de todos quienes te rodean; como así también el desarrollo o aprendizaje de nuevas formas de hacer las cosas para lo que necesitarás ser mentalmente flexible, resiliente y auto gestionado.
Como puedes darte cuenta, las crisis se desencadenan cuando la realidad conocida es alterada de manera abrupta y sin aviso.
Haz una pausa para centrarte en ti mismo y trata de dar respuesta a las siguientes preguntas.
* Anota las respuestas o simplemente reflexiona internamente.
¿Es mi realidad la misma de antes de la aparición del COVID-19 en Chile?
¿Cómo me siento frente a mi nueva realidad y frente a los cambios?
Definiremos las tres principales competencias que contribuirán a que abordes desde la calma esta nueva realidad, para que te evalúes en cada una de ellas y de esta manera identificar por dónde puedes comenzar a trabajar. Cada definición tendrá un termómetro asociado para que marques tu nivel de desarrollo:
I. FLEXIBILIDAD MENTAL
También se conoce como “mental shifting”. Es la capacidad que tiene tu cerebro para adaptar tu conducta y pensamiento a situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas. Es la capacidad de darte cuenta de que lo que estas haciendo no funciona, o ha dejado de funcionar y que, por tanto, requiere que reajustes tu conducta, pensamiento u opiniones para adaptarte al entorno y a las nuevas situaciones.
¿Por qué es importante la flexibilidad mental?
Por que te permite seleccionar la estrategia que debes llevar a cabo para adaptarte a las diferentes situaciones con las que te vas encontrando. Te ayuda a captar la información del ambiente y responder de forma flexible, ajustando tu conducta a los cambios y exigencias de la situación.
Adicionalmente, la flexibilidad mental te permite identificar otros puntos de vista, creencias, valores, ideas y formas de pensar; facilitándose comprender a otros con mayor empatía.
¿Cómo puedo evaluar mi flexibilidad mental?. En calma y a conciencia, te invitamos a hacerte las siguientes preguntas:
¿Me adapto rápidamente a los cambios o novedades que presenta mi entorno?
¿Es fácil para mi tolerar errores en otros, poniéndome en su lugar y pudiendo llegar a acuerdos comunes?
II. RESILIENCIA
La resiliencia es un concepto ampliamente utilizado pero que no necesariamente comprendemos. Seguramente, en algún momento de tu vida has sido resiliente y note has dado cuenta. Sin duda, en algún momento has logrado sobreponerte a alguna dificultad saliendo fortalecido, con mayor seguridad en tus capacidades y con nuevas estrategias para enfrentar la vida.
La resiliencia, la entenderemos como la capacidad que tienes para enfrentar los bombardeos de situaciones y acontecimientos estresantes que se presentan día adía y que te permiten aprender de ellas, superarlas e inclusive, ser transformado hacia una nueva y mejor versión de ti mismo.
Sobre lo anterior, es muy importante que tengas en consideración que nadie puede escapar a la adversidad, pues muchas veces habitamos desde ella ya que se transforma en la nueva realidad que nos toca y, tarde o temprano, terminarás adaptándote a ella.
Ser resiliente implica acciones especificas para enfrentar la adversidad, principalmente que te enfoques en lo que acontece y en la búsqueda consciente de soluciones posibles. Sin evitar la realidad, sino que abrazándola con todo lo nuevo que trae a tu vida.
¿Puedes recordar alguna situación que te haya hecho más resiliente?, ¿Cuál crees que fue tu mayor aprendizaje?
III. AUTOGESTIÓN
Es la capacidad que tienes para identificar estratégicamente tus objetivos críticos, para poner en práctica tus habilidades y mecanismos de trabajo de manera tal que puedas lograrlos usando los recursos que tienes disponibles.
En tiempos difíciles, de crisis, incertidumbre y/o contingencia, es más necesario que nunca el que seas capaz de trabajar autónomamente, más aún cuando existen barreras sanitarias que no podemos modificar y donde el desarrollo de la emergencia excede a nuestro campo de acción.
El desafío que te plantea esta situación es una invitación a ser responsable y mantenerte preparado para seguir avanzando en todo sentido (individual, familiar y laboral), pues la vida continuará y tarde o temprano, irás amoldándote a las nuevas condiciones, aunque hoy parezca imposible.
Para que puedas llevar a cabo la autogestión, es necesario que apliques una serie de métodos y estrategias:
A. Administración:
Ser capaz de gestionar tus recursos personales en pos de la consecución de los objetivos en los distintos contextos a los que puedas enfrentarte.
B. Producción:
Autónomamente y desde la flexibilidad, podrás acoplarte a las nuevas condiciones que esta crisis trae consigo, orientándote a hacer lo que tienes que hacer a pesar de las dificultades.
C. Autoevaluación:
Es un ejercicio permanente de reflexión y de acción para que puedas mejorar continuamente los resultados de las decisiones que tomas en este contexto desconocido. Haciéndolo de X manera, ¿logré obtener lo que necesitaba?
D. Autoexigencia:
En momentos como el que vivimos, tu exigencia debe orientarse a tareas que realmente puedes realizar debido a las condiciones particulares. Lo que puedas hacer, hazlo conscientemente de la mejor forma posible.
Como podrás darte cuenta, desafíos como esta crisis sanitaria te empujan a evolucionar emocional, psicológica y físicamente, pues requieren de apertura para aceptar que una crisis en sí misma reviste una gran oportunidad:
En momentos como los que nos encontramos viviendo hoy a nivel mundial, como así también en la vida cotidiana, la forma en la que enfrentas la vida es todo. Pon atención a la siguiente operación matemática:
ACTITUD POSITIVA V/S ACTITUD NEGATIVA
Tu actitud frente a la emergencia sanitaria producida por el COVID-19 influye en cómo interpretas y visualizas lo que diariamente va sucediendo, determinando el cómo abordas lo que pasa.
En relación con lo anterior, consideramos que es de ayuda que tengas presente que aquellas personas que suelen ser más positivas regularmente demostrarán mayor desarrollo de herramientas para enfrentar la contingencia con menor riesgo y gasto energético, además de proactividad para encontrar soluciones que les permitan permanecer menos estresados.
Por otro lado, quienes suelen enfocarse en los aspectos más negativos tienden a ver y experimentar el día a día desde esa perspectiva, y con mayor fuerza ante situaciones de crisis, lo que les impide tomar decisiones adecuadas y a la altura de las circunstancias, como así también permanecer bajo control, iniciando un espiral de experiencias negativas.
Estar expuestos a redes sociales y a medios de información no oficiales sin pausa durante todo el día puede llevarte hacia una mirada extremista respecto de la situación real pues aumentan tu estrés, miedo e incertidumbre, empujándote a tomar malas decisiones perdiendo el foco de lo importante. Un ejemplo: